Acertar con el nombre país, clave en el nuevo status

Algunas noticias sugieren que se volverá a abordar próximamente la preparación del contenido para un nuevo status. Al menos, eso se deduce de los diferentes artículos que se han escrito estos días sobre el tema. Fue el Lehendakari quien lo planteó al conocerse los resultados de las últimas elecciones, pero ha sido este fin de semana cuando Koldo Mediavilla lo trató en su artículo semanal y Juanjo Álvarez presentó una propuesta de nombre en un texto específico sobre el nuevo status.

Esto me ha hecho recordar lo que he planteado sobre la problemática del nombre y su aplicación en el texto del nuevo status en diferentes escritos. Al buscarlos, me he dado cuenta de que el primero está datado hace ya cinco años, en 2018. El tiempo pasa volando.

En aquel entonces, escribía que aunque el nombre es principalmente el sustantivo que lo define, los adjetivos que explican su forma organizativa también forman parte del denominativo. Por eso es fundamental prestar atención a ambas partes. En la actualidad, el denominativo completo es «Comunidad Autónoma del País Vasco o de Euskadi». El sustantivo es «País Vasco» o “Euskadi”, mientras que los adjetivos definitorios son «Comunidad» y «Autónoma». Me referiré a ambos aspectos a continuación.

Comienzo por los adjetivos que apuntalan el nombre. En aquel entonces escribía lo siguiente al referirme a las diferentes opciones que los respectivos partidos políticos planteaban para el nuevo status: “… las combinaciones realizadas (proponen) cinco conceptos-palabras: comunidad, autónomo, estado, nación y foral. Cinco palabras para rellenar dos espacios que, combinadas, pueden resultar: comunidad estatal, comunidad foral, comunidad nacional, comunidad autónoma (opción no contemplada), estado nacional, estado foral, estado autónomo, nación autónoma y nación foral, sin considerar las formas que se iniciarían con la palabra autonomía.

La primera pregunta técnica que debe hacerse desde la comunicación es si hay alguna palabra de estas que sea singular e identifique bien al país de los vascos. La respuesta es obvia: ‘foral’ es una palabra singular que se arraiga bien en la historia y que todos los partidos pueden aceptar.”

La propuesta planteada en el artículo de Juanjo Álvarez opta por precisar el denominativo completo como «Comunidad Foral de Euskadi», y me parece una opción bien atinada. Estoy totalmente de acuerdo en que se incluya la palabra “foral”. Tanto desde el punto de vista histórico como jurídico, es adecuada, y además tiene una fuerza comunicativa que la hace distintiva y propia.

Esta potencia comunicativa tiene su prolongación en la aplicación práctica del concepto. Como ejemplo, recordemos que habrá muy pocos municipios de Euskalherria Hegoa/Baskonia* Sur que no tengan alguna calle, plaza, monumento, etc., con una denominación que recuerde esta especificidad: Plaza de los Fueros, Calle Foral, Monumento a los Fueros, etc. Todo ello contribuye a profundizar en la identidad baska del concepto, es decir, logra una identificación de los baskos con una acepción que les resulta familiar y propia.

El segundo acierto de este denominativo está en el sustantivo «Euskadi» si bien debería completarse con “Baskonia Oeste” como explicaré. Dar el paso de denominarse «Comunidad Autónoma de Euskadi» o del «País Vasco» a «Comunidad Foral de Euskadi» es un avance, aunque sería más completo si fuera «Comunidad Foral de Euskadi/Baskonia Oeste».

El uso del denominativo «Euskadi» tiene una ventaja esencial,  ayudaría mucho a aclarar la confusión que en repetidas ocasiones se ha creado con el uso del nombre. Cuando se utiliza el actual denominativo completo de la comunidad como “vasca” o «País Vasco», se está empleando un término que no le es exclusivo, se invade un espacio que también pertenece a otros, ya que Navarra y Baskonia Norte también forman parte de Euskalherria/Baskonia, es decir, de lo que hoy se denomina País Vasco. Esto significa asimismo que se circunscribiría el término «Euskadi» como propio y exclusivo de los tres territorios de «Baskonia Oeste».

Reconozco que para muchos baskos que lo han sentido y utilizado a través del tiempo como el nombre propio del conjunto del país supondría una decepción, pero creo que los beneficios de la aclaración del concepto, ciñéndose a Álava/Araba, Bizkaia y Gipuzkoa, serían buenos para todos. Sin duda, son muchos quienes tendrán que hacer un esfuerzo mental importante para aceptar este cambio de significado.

Sin embargo, el uso del nombre «Euskadi» a secas tiene un aspecto negativo que considero importante resaltar. No coordina con el nombre dado al conjunto del país, ni con el gentilicio que es «basko» (o su adecuación lingüística) en todos los idiomas del mundo, a excepción del euskara. En una época en que el posicionamiento internacional es determinante para muchas actividades, asumir una acepción constreñida a cerca de un millón de personas ante los ocho mil millones de habitantes del planeta, cuando existe una solución sencilla y de fácil uso que logra, sin menoscabo alguno del euskara, la coordinación con todos los idiomas hablados en el mundo es una temeridad.

El nombre Euskadi/Baskonia Oeste que propongo permitiría también superar de una vez el doble nombre «Euskadi/Basque Country» desarrollado para su uso internacional que, como tantas veces he argumentado, solo funciona para el público interno del país y además invade un espacio que también pertenece a otros. El nombre Baskonia ofrece una rotunda estabilidad denominativa en todos los idiomas del mundo, al contrario que Basque Country que cambia en todos ellos.

Otra ventaja del uso del nombre Euskadi/Baskonia Oeste es que relaciona el nombre de una parte del espacio cultural con el todo que es Euskalherria/Baskonia, por lo que puede contentar a todo tipo de sensibilidades, ya se consideren solo baskos o de identidades mixtas.

Por todo ello, propongo que en el desarrollo del nuevo status se haga un esfuerzo también con el nombre del país. Es habitual que las personas que elaboran su texto provengan generalmente de la abogacía o sean especialistas en los diferentes contenidos que un documento de este cariz tan serio debe abordar.

Con estas líneas, me gustaría llamar la atención sobre la importancia del buen trato del nombre. Es necesario acertar, ya que su trascendencia llega a todos los ámbitos y, paradójicamente, el nombre es la palabra o el conjunto de palabras de todo el texto del nuevo status que más se va a utilizar.

*Baskonia: es el nombre que propongo para posicionar nuestro país y proyectar su imagen internacional como razono en mi libro del mismo título

——-

Esta entrada fue publicada en Sin categoría. Guarda el enlace permanente.

Deja un comentario