Ongi eTOURri! y la diplomacia en el deporte

Lo manifiesto siempre, la salida del Tour de France de Baskonia Oeste me parece una iniciativa excelente a la que apoyo firmemente. Creo que es una buena oportunidad para “vender” nuestro país. Si bien es verdad que va a costar más de 12 millones, sin contar los daños colaterales que pueden suponer en pérdida de horas productivas por las dificultades de movilidad, creo que el retorno de la inversión va a superar este esfuerzo presupuestario con creces.

Dicho esto, también tengo que felicitar la buena creatividad que estoy viendo para los lanzamientos publicitarios y los eventos preparados. Si bien es verdad que la mayoría de ellos están orientados al público interno, supongo que los que han tomado la decisión de traer la carrera considerarán que las tres etapas que se corren en Baskonia Oeste y Norte están también orientadas al público extranjero.

Ongi eTOURi! es un muy buen slogan para los baskos que entendemos el doble juego, pero también cara al exterior, ya que los extranjeros podrán fijarse en el mismo y deducir que aquí tenemos una lengua específica propia. El slogan “Basque Country, bike country”, más adecuado cara al exterior, si bien este slogan también se utiliza en otros deportes y ámbitos, tiene un punto de creatividad excelente.

Sin embargo, quiero volver a incidir en el uso de los términos utilizados para denominar nuestro país. El Gobierno ha lanzado una página web específica para el Grand Départ en la que en euskara, castellano e inglés habla de Euskadi y en francés de Pays Basque.  Me parece una incoherencia absoluta, que después de gastar ingentes esfuerzos en lanzar el nombre Basque Country anglófilo, ahora no se utilice, mientras que en francés, por alguna razón que desconozco, se utiliza Pays Basque, mientras que en los otros se utilice Euskadi.

Y seguimos con el cisco, en la página oficial del Tour, pocas menciones al conjunto del país, nuevamente falta una estructuración ordenada de los textos redactados para explicar la información de cada capital, con descripciones de las capitales poco focalizadas, sin referencias al conjunto del país, etc. En cuanto a la terminología más de lo mismo, por ejemplo escribe “las etapas vascas y navarras del Tour de Francia y sus ganadores” y así se sigue.

Quizás es difícil pedir que se trabaje más la coherencia en los mensajes y casi imposible pedirla para el uso del nombre, pero la situación sigue siendo, en mi opinión, bastante caótica.

Dejo aparte otras cuestiones que quizás afecten al recorrido como posibles manifestaciones o huelgas, que estoy seguro se verán contrastadas por el buen hacer de la organización y sus voluntarios, donde nuevamente corresponderá al auzolan paliar algunas lagunas que pudieran darse.

Viene a colación esta entrada, para poner en valor la importancia de la diplomacia en el deporte. Tema que abordará un curso que dirigido por Imanol Galdos , junto con Gavin Price, en el marco de los cursos de verano de la UPV/EHU titulado “Retos y oportunidades de la diplomacia del deporte en el siglo XXI” a celebrar los días 28 y 29 de junio, justo días antes que se inicie en Bilbao (Baskonia Oeste) el Tour de France 2023, donde se podrá escuchar a algunos de los más prestigiosos estudiosos del tema.

Me gustaría realizar a todos los ponentes la misma pregunta: ¿la excelente paleta de nombres que utilizamos para denominar al país de los baskos, enriquece o empobrece la diplomacia deportiva de Baskonia? Imagino sus caras de extrañeza ante una pregunta para la que seguramente no están preparados.

Por si hay alguna duda de que no beneficia, adjunto aquí dos artículos en los que he tratado el tema, “A nombre país por medalla ¡Qué cosmopolitas!” y “Mejor conocida como la ÇSelección del País Vasco”, aunque si se está más interesado se pueden leer en este blog unos cuántos más que abordan el tema.

¡Viva la diplomacia que nos solucione estos temas básicos! Seamos diplomáticos y abordemos lo importante, que se inicia con poner orden en el propio nombre. Porque todos los esfuerzos realizados en este orden, pierden fuerza y dilapidan recursos si no ponemos orden en el mismo denominativo.

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